Aquellos fanáticos de los western están de para bienes con la salida al
mercado de Call of Juarez: Bound in Blood, precuela de aquel interesante juego
de acción y primera persona lanzado hace ya unos años. Pero a pesar de que el
argumento se centra en hechos previos a los ya narrados en el título original,
esta nueva aventura está lejos de ser una involución dentro de la saga. Por el
contrario, se trata de uno de los juegos que mejor explotan la narrativa propia
de un género venido a menos, pero que poco a poco va recobrando fuerzas.
Los
protagonistas en este caso serán los hermanos Thomas y Ray McCall, quienes desde
el principio deberán vérselas con los más diversos problemas del lejano oeste.
Desde la necesidad de escapar tras desertar, hasta la muerte de un familiar, sin
contar las pasadas por burdeles, los duelos o la búsqueda de riquezas.
Prácticamente todos los lugares comunes del género han sido explotados a la
perfección en esta precuela, dando lugar a una historia interesante y, por sobre
todo, muy divertida. Tal vez para algunos sea un poco lineal, hasta predecible,
pero no por eso deja de entretener al espectador con cada escena. Lo que sí
puede reprocharse es la escasa duración de la aventura en general, que incluso
puede terminarse de una pasada en nivel de dificultad normal. Justamente el
hecho de que el modo principal sea tan corto se convierte, junto con algunos
problemas en la inteligencia artificial, en el defecto más notorio de Call of
Juarez: Bound in Blood, un título que desborda calidad en el resto de sus
apartados.
En esencia, la mecánica general del juego es la típica de un FPS, pero con
algunos agregados interesantes. A diferencia de lo que sucedía en la versión
previa, las escenas de acción cuentan con una importancia preponderante dentro
de la aventura. Más allá de que los duelos requieren concentración y
tranquilidad, la mayor parte del tiempo los jugadores deberán tirotearse contra
varios enemigos al mismo tiempo, valiéndose de un sistema de cobertura
interesante, pero no del todo intuitivo. Con respecto al armamento, este no es
demasiado variado, aunque se ve potenciado por un sistema donde es posible
ejecutar maniobras especiales cuyo resultado es la aniquilación masiva de los
enemigos en pantalla con deliciosa facilidad. El hecho de contar con dos
personajes muy diferentes en cuanto a atributos ayuda a generar una sensación de
variedad interesante. También el apartado gráfico cuenta con aciertos
importantísimos, notorios por un lado en los modelos de los personajes, y por
otro en la ambientación general, que imita a la perfección la atmósfera propia
de un western clásico. Es por ello que más allá de algunas falencias -tales como
la duración de la aventura, o la ausencia de un modo cooperativo-, Call of
Juarez: Bound in Blood puede considerarse como una dignísima alternativa para
quienes estén buscando un juego de acción en primera persona de gran calidad.
Mucho más si disfrutaron de la primera parte, o si todavía en sus corazones
tienen un lugar reservado para un género un tanto olvidado.